El proceso para convertirse en un(a) Diseñador(a) (las mayúsculas son a propósito) puede ser largo y complejo. No todos se lanzan al vacío y crean en sus inicios una marca homónima que refleje su madurez profesional. Es por eso que la decisión de Carola Muñoz de transformar su nombre en su sello no fue de la noche a la mañana. Luego de cinco años de trabajo, a principios de 2007, dio el salto. "Cuando mi método de trabajo estuvo un poco más definido dentro del alto pret a porter y alta costura, con vestuario a la medida y desarrollado dentro del ámbito del atelier, es que quise remarcar este quiebre en mi carrera y atreverme a ser diseñadora y marca al mismo tiempo", confiesa.
- ¿Cómo describirías tu propuesta?
Gracias a las influencias de mis estudios previos de arquitectura, mi acercamiento al diseño de vestuario parte de una mirada más estructural de la prenda en cuanto a volúmenes, planos, texturas y colores, que a la del lenguaje ornamental. Es por eso que podría hablar de diseños simples en apariencia, pero desarrollados con intervenciones más audaces en términos de patronaje para lograr una propuesta de silueta que luego de una primera impresión de sencillez produzca segundas lecturas de cortes, planos y volúmenes más elaborados.
Llevado a la práctica mi principal ocupación es el trabajo a la medida a través de la alta costura y alto pret a porter, ya que mis ideas fuerza se basan en la idiosincrasia e imagen comunicacional de la clienta y el uso espacial y temporal de la prenda en cuestión.
Por último el trabajo textil, si bien es una búsqueda necesaria en el acto de construir un concepto, utilizo sólo aquellos medios que aporten, sin ganar tanto protagonismo, al volumen inicial propuesto. Toda esta síntesis de ideas descansa en un modo de costura "correcto" con la intencionalidad de crear un descanso visual dónde los verdaderos énfasis en la estructura de la prenda logren el protagonismo buscado.
- ¿Qué te motivó a abrir una tienda que abarcara no sólo tu marca? ¿qué criterios utilizaste para seleccionar a quienes te acompañarían?
Mi principal motivación fue la de abrir el trabajo de atelier de varios diseñadores chilenos a un público que normalmente accede sólo a los locales comerciales establecidos de vestuario. Es así como tenemos un perchero con ropa disponible para la venta, pero su principal función es la de ser un portafolio donde el estilo de cada diseñador es reconocible. Cuando a una clienta le llama la atención algunos de los trabajos intentamos comunicarle como son los procesos creativos y de construcción de ese diseñador en particular y así puede escogerlo para diseñar un vestuario en particular.
En términos más personales elegí a los otros creadores de la tienda porque admiro y reconozco mucho su trabajo. Reúnen el nivel de calidad, responsabilidad y pasión por el diseño que a mi me parece admirable. A la vez somos todos muy distintos en nuestras búsquedas formales, constructivas y conceptuales por lo que creo que nos complementamos, aprendemos unos de otros y ofrecemos una mayor variedad de estilos a los clientes.
- Cuéntame de tu proceso creativo ¿Qué es lo que tienes en mente cuando diseñas?
Creo que dentro de los desafíos constantes del diseño es primordial buscar siempre la fuente de inspiración que generará la prenda en particular. Intento investigar primero tanto sobre el lugar dónde será usada la prenda como el ambiente en que debe "moverse" adecuadamente. Al ser además para una clienta, su personalidad y cuerpo son primordiales a la hora de crear.
El punto de partida puede ser incluso el de un material, es por eso que esa búsqueda también es fundamental en el momento de crear. Es por eso que intento estar al día con lo que existe en el mercado y como en Chile prácticamente se adquieren sólo productos de imitación de origen chino esta búsqueda ha incluido la importación de materias primas de otros países gracias a la Web. Paralelamente buscar referencias es sumamente importante para mantener un pensamiento creativo constante. Donde me inspiro más es al ver películas y a través de Internet. En ese medio intento estar al tanto de lo nuevo que hay en términos de arquitectura, diseño industrial y tendencias en cualquier ámbito creativo. Me estimulan principalmente aquellos diseñadores que tienen un fundamento complejo en términos analíticos pero que logran deshilvanar su propia propuesta de una manera simple y exitosa. A veces incluso con mucho sentido del humor.
- ¿Cómo caracterizarías la escena del diseño nacional? ¿Cómo se inserta tu proyecto de marca y tienda dentro de este contexto?
Creo que, aunque no podemos hablar de una escena nacional tan definida en apariencia, si podemos hablar de que estamos viviendo un momento muy interesante de conformación. Más que nunca estamos recurriendo a formar sistemas o grupos donde trabajamos varios diseñadores que estamos al tanto de la labor de los demás, donde nos valoramos y nos reconocemos de un modo más constructivo y hemos logrado aparecer tanto en publicaciones y medios de comunicación como en organismos tan importante como el Museo de la Moda.
Al mismo tiempo el público al que atendemos se ha ampliado considerablemente y ya tienen cierta imagen y nombres que definen el estado nacional en el diseño independiente. Esos mismos clientes ya han empezado a valorar más este sistema más artesanal de construcción de prendas y han disfrutado el ser partícipes del proceso.
Este proyecto de tienda se ha insertado justamente en el proceso de apertura de trabajo de atelier y del espíritu más comunitario que estamos viviendo entre los diseñadores. Es un modo de acoger y educar al público en esta expresión de diseño y, por otro lado, de juntar fuerzas y energías para darnos a conocer y aparecer de una manera más constante en esta escena. Sin embargo creo que falta mucho camino por recorrer y, al menos por mi parte, esa es la faceta más excitante y desafiante de nuestras carreras.
- ¿Cuáles crees que son las claves o elementos indispensables para que una persona encuentre su estilo? ¿por qué?
Como usuaria del vestuario creo que es fundamental tener el interés, el gusto y la autoestima suficiente como para experimentar distintas búsquedas estilisticas que nos permitan alejarnos de las “tendencias de cada temporada” y de lo que se supone que se “debe ser”. Es importante conocernos, no sólo en términos de personalidad sino que también de nuestros cuerpos, saber con qué tipo de cosas nos sentimos cómodas y qué queremos expresar. Generalmente eso toma un tiempo y es algo que se puede aprender.
Como diseñadora eso hace mi trabajo aún más interesante. Poder guiar sobre los colores y formas adecuadas para cada persona e introducir a las clientas en imágenes y términos a los que no están acostumbradas les abre el apetito y enriquece su propio lenguaje. Si después expresan ese estilo mezclando piezas más masivas con otras de diseñador, prendas vintage con orfebrería de diseño y hasta sorprenderme con encargos más elaborados o audaces, me hace sentir a gusto con el trabajo realizado, ya que mi aporte en sus procesos va más allá del encargo puntual por el que se acercaron en un principio y anticipa un trabajo más movilizador en el futuro.
- ¿Cómo proyectas tu futuro? ¿por qué?
Uff!! Difícil pregunta. Sólo sé que por el momento estoy feliz por como ha salido todo. Siento que en el proyecto de la tienda donde he puesto tanta energía se ha desarrollado un método de trabajo que ha sido satisfactorio tanto para los diseñadores como para las clientas y eso me llena de satisfacción.
Es un espacio pequeño pero hemos hecho mucho y por lo mismo estoy sumamente abierta ha explorar todas las oportunidades que se presenten en el futuro para potenciar esa plataforma. En términos más personales aspiro a seguir tan entusiasmada con la carrera que elegí cómo cuando comencé a descubrirla, preocupándome por seguir aprendiendo y desarrollándome a través de los encargos, sin olvidarme nunca de saber escuchar a mis clientas. Al menos hasta ahora despierto todos los días apasionada con mi trabajo, autoexigiéndome para seguir desarrollándome y aprendiendo a ser mejor “colega” de mis compañeros de tienda y taller. Eso y la satisfacción de mis clientas, son mi principal aliciente. Sólo espero que si eso cambia sea para mejor, independiente de dónde esté situada o de cómo comercialice mi trabajo.
- ¿Cómo describirías tu propuesta?
Gracias a las influencias de mis estudios previos de arquitectura, mi acercamiento al diseño de vestuario parte de una mirada más estructural de la prenda en cuanto a volúmenes, planos, texturas y colores, que a la del lenguaje ornamental. Es por eso que podría hablar de diseños simples en apariencia, pero desarrollados con intervenciones más audaces en términos de patronaje para lograr una propuesta de silueta que luego de una primera impresión de sencillez produzca segundas lecturas de cortes, planos y volúmenes más elaborados.

Por último el trabajo textil, si bien es una búsqueda necesaria en el acto de construir un concepto, utilizo sólo aquellos medios que aporten, sin ganar tanto protagonismo, al volumen inicial propuesto. Toda esta síntesis de ideas descansa en un modo de costura "correcto" con la intencionalidad de crear un descanso visual dónde los verdaderos énfasis en la estructura de la prenda logren el protagonismo buscado.
- ¿Qué te motivó a abrir una tienda que abarcara no sólo tu marca? ¿qué criterios utilizaste para seleccionar a quienes te acompañarían?

En términos más personales elegí a los otros creadores de la tienda porque admiro y reconozco mucho su trabajo. Reúnen el nivel de calidad, responsabilidad y pasión por el diseño que a mi me parece admirable. A la vez somos todos muy distintos en nuestras búsquedas formales, constructivas y conceptuales por lo que creo que nos complementamos, aprendemos unos de otros y ofrecemos una mayor variedad de estilos a los clientes.
- Cuéntame de tu proceso creativo ¿Qué es lo que tienes en mente cuando diseñas?

El punto de partida puede ser incluso el de un material, es por eso que esa búsqueda también es fundamental en el momento de crear. Es por eso que intento estar al día con lo que existe en el mercado y como en Chile prácticamente se adquieren sólo productos de imitación de origen chino esta búsqueda ha incluido la importación de materias primas de otros países gracias a la Web. Paralelamente buscar referencias es sumamente importante para mantener un pensamiento creativo constante. Donde me inspiro más es al ver películas y a través de Internet. En ese medio intento estar al tanto de lo nuevo que hay en términos de arquitectura, diseño industrial y tendencias en cualquier ámbito creativo. Me estimulan principalmente aquellos diseñadores que tienen un fundamento complejo en términos analíticos pero que logran deshilvanar su propia propuesta de una manera simple y exitosa. A veces incluso con mucho sentido del humor.
- ¿Cómo caracterizarías la escena del diseño nacional? ¿Cómo se inserta tu proyecto de marca y tienda dentro de este contexto?

Al mismo tiempo el público al que atendemos se ha ampliado considerablemente y ya tienen cierta imagen y nombres que definen el estado nacional en el diseño independiente. Esos mismos clientes ya han empezado a valorar más este sistema más artesanal de construcción de prendas y han disfrutado el ser partícipes del proceso.
Este proyecto de tienda se ha insertado justamente en el proceso de apertura de trabajo de atelier y del espíritu más comunitario que estamos viviendo entre los diseñadores. Es un modo de acoger y educar al público en esta expresión de diseño y, por otro lado, de juntar fuerzas y energías para darnos a conocer y aparecer de una manera más constante en esta escena. Sin embargo creo que falta mucho camino por recorrer y, al menos por mi parte, esa es la faceta más excitante y desafiante de nuestras carreras.
- ¿Cuáles crees que son las claves o elementos indispensables para que una persona encuentre su estilo? ¿por qué?

Como diseñadora eso hace mi trabajo aún más interesante. Poder guiar sobre los colores y formas adecuadas para cada persona e introducir a las clientas en imágenes y términos a los que no están acostumbradas les abre el apetito y enriquece su propio lenguaje. Si después expresan ese estilo mezclando piezas más masivas con otras de diseñador, prendas vintage con orfebrería de diseño y hasta sorprenderme con encargos más elaborados o audaces, me hace sentir a gusto con el trabajo realizado, ya que mi aporte en sus procesos va más allá del encargo puntual por el que se acercaron en un principio y anticipa un trabajo más movilizador en el futuro.
- ¿Cómo proyectas tu futuro? ¿por qué?
Uff!! Difícil pregunta. Sólo sé que por el momento estoy feliz por como ha salido todo. Siento que en el proyecto de la tienda donde he puesto tanta energía se ha desarrollado un método de trabajo que ha sido satisfactorio tanto para los diseñadores como para las clientas y eso me llena de satisfacción.
Es un espacio pequeño pero hemos hecho mucho y por lo mismo estoy sumamente abierta ha explorar todas las oportunidades que se presenten en el futuro para potenciar esa plataforma. En términos más personales aspiro a seguir tan entusiasmada con la carrera que elegí cómo cuando comencé a descubrirla, preocupándome por seguir aprendiendo y desarrollándome a través de los encargos, sin olvidarme nunca de saber escuchar a mis clientas. Al menos hasta ahora despierto todos los días apasionada con mi trabajo, autoexigiéndome para seguir desarrollándome y aprendiendo a ser mejor “colega” de mis compañeros de tienda y taller. Eso y la satisfacción de mis clientas, son mi principal aliciente. Sólo espero que si eso cambia sea para mejor, independiente de dónde esté situada o de cómo comercialice mi trabajo.
(Fotos gentileza de Carola Muñoz / Fotógrafa: Carolina Lynch)
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